La astrología es un arte de adivinación antiguo y controvertido. La primera evidencia se remonta a hace muchos milenios, en Mesopotamia. Siglos de progreso científico, sin embargo, no han afectado su encanto y disminuido su interés: mucha gente todavía cree en él y confía, de manera más o menos habitual y profunda, en sus presuntas habilidades proféticas. Pero, ¿por qué tanto interés por las previsiones y los perfiles de los signos del zodíaco aunque sepamos que carecen de base científica?. Veamos por qué la gente sigue creyendo en los horóscopos.

¿Por qué creemos en el Horóscopo?

La respuesta puede estar en la necesidad de definir nuestra personalidad y la de los demás y en la forma en que percibimos la realidad, modelando parte de nuestras expectativas sobre ella.

El efecto tranquilizador del horóscopo

Que los planetas influyen en el carácter y la personalidad es una creencia mucho más aceptada que el hecho de que alguna forma del futuro pueda leerse en las estrellas. Gran parte de los «clientes» de los horóscopos se compone de curiosos y falsos conocedores ocasionales. Pero, ¿cuál es el secreto del éxito de la astrología incluso entre aquellos que realmente no la creen? ¿Y por qué, incluso si no crees en él, nunca desdeñas un vistazo al horóscopo?

Para los psicólogos que estudian el fenómeno, la posibilidad de «conocer» a una persona a través de las características genéricamente atribuidas a su signo, comunes a muchas otras personas, resulta muy reconfortante. En definitiva, ¿por qué hacer tanto esfuerzo por analizar y comprender al otro, cuando un simple perfil del zodíaco es suficiente para saber quién está frente a nosotros? El efecto «tranquilizador» también está presente cuando leemos nuestro carácter según las estrellas. Quizás esto se deba a un cierto carácter genérico. Una personalidad para ser «usada» por diferentes personas debe necesariamente ser contada con un lenguaje vago, pero no demasiado genérico para que tenga la apariencia de un perfil personal, en el que cada uno de nosotros pueda identificarse.

¿La mente nos engaña?

Y si por momentos nos parece que los horóscopos adivinan lo que predicen, se debe, según los psicólogos, a que la mente nos «engaña». De hecho, algunos estudios sobre percepción han sugerido cómo nuestra mente interpreta y adapta a nuestra situación cualquier información que recopila. En palabras de un astrólogo o entre líneas de un horóscopo tenderemos a captar inconscientemente todas aquellas afirmaciones que mejor se adapten a nuestra situación, recordando sólo aquellas posteriores.

La creación de expectativas

Pero también hay otra razón por la que los horóscopos a veces parecen funcionar. Depende del hecho de que aquellos que inconscientemente los creen se comportarán de una manera que los haga realidad. De hecho, la predisposición psicológica influye en nuestra forma de vivir las situaciones hasta tal punto que, en ocasiones, es capaz de modificar la realidad. Es el mecanismo por el cual el psicólogo Richard Wiseman también explica la suerte. Aquellos que se sienten desafortunados esperan que los demás los traten mal; el resultado será, por tanto, una actitud defendida y gruñona que, en consecuencia, atraerá la antipatía. Al contrario de lo que ocurre con los «afortunados».

Algo parecido ocurre en astrología: para hacer realidad una predicción, solo hay que creerla. Si alguien lee en el horóscopo que su pareja ideal pertenece al signo de Acuario, cuando conozca a uno se sentirá más fuerte, tranquilizado por la inevitabilidad de la conquista y podrá aprovechar al máximo sus cualidades de seducción y simpatía, aumentando su oportunidad de éxito.

Horóscopo y predicciones de Mhoni Vidente para hoy, jueves 15 de junio de  2023