El clásico retortijón usualmente no es causa de preocupación. Seguramente comiste algo que te cayó mal, lo eliminas y listo. Pero si estos retortijones salieron de la nada y no les encuentras explicación, tal vez puedan ser síntoma de algo anormal o serio. Desde periodos menstruales, hasta alergias e intoxicaciones, tus cólicos estomacales pueden ser señal de casi cualquier cosa.

Un metaanálisis de 14 estudios descubrió que 1 de cada 3 casos con dolor abdominal no reciben un diagnóstico adecuado porque el especialista no supo identificar la causa. ¡Así que pon atención a lo que tu cuerpo dice!

Tienes hambre

A veces los retortijones son señal de hambre y las contracciones del estómago cuando está vacío. Pero ojo, sólo porque tu estómago esté vacío, no quiere decir que debas comer; tal vez está reaccionando a un cambio de horario o a ajustes alimenticios.

Desde una investigación del 2013, sabemos que el estómago tiene su propio reloj y lleva un registro de los hábitos alimenticios de cada persona. Si no comes a tu hora o si has modificado tu patrón para comer, tu estómago te lo hará saber sin remordimiento.

Tu periodo está cerca

Los retortijones pueden estar relacionados con los cólicos menstruales. Las hormonas provocan contracciones en el útero, lo cual causa dolor abdominal. Es normal si además de dolor, tienes estreñimiento o diarrea. Las contracciones uterinas durante el periodo menstrual son causadas por prostaglandinas y pueden ser intensas, pero no problemáticas, ni nada de qué preocuparse.

Alguna alergia

Los retortijones después de comer algo en específico pueden indicar una alergia o intolerancia.De hecho, los retortijones son el síntoma más común de una alergia, junto con el vómito y las náuseas; si se presentan después de comer lácteos, glúten, mariscos o nueces, posiblemente sea una intolerancia.

Síndrome del Intestino Irritable

El Síndrome de Intestino Irritable, también conocido como colon espástico, puede causar retortijones en la región abdominal, junto con otra variedad de síntomas como: inflamación, gas, estreñimiento o diarrea crónica.

Esta condición es causada por una variedad de factores, incluyendo un intestino que regularmente tiene cólicos y un sistema nervioso MUY sensible que registre altos niveles de incomodad al procesar la comida. Y, por si fuera poco, las mujeres tienen el doble de probabilidades de desarrollarlo.

Gas o estreñimiento

Si los cólicos no tienen nada qué ver con un patrón alimenticio, hay otra posibilidad: inflamación causada por gas. Es extremadamente común (y vergonzoso), pero al menos es fácil de solucionar. Puedes tratar de masajear tu estómago para encontrar alivio o consultarlo con un doctor para que ayude con la obstrucción.

Problemas en la vesícula

Dolor después de comer alimentos grasosos puede indicar problemas con la vesícula. Las mujeres son especialmente propensas a esto… y puede volverse peligroso si no se detecta a tiempo.

Si notas retortijones después de comer, es posible que tengas piedras en la vesícula que están bloqueando los ductos. Este dolor aparece porque la vesícula trata de secretar bilis a través de los ductos después de comer, y no puede hacerlo por culpa de las piedras.

Alguna intoxicación

Los cólicos que surgen repentinamente y vienen acompañados de diarrea, náuseas o vómito, usualmente son señal de una gastroenteritis. En otras palabras: es una infección causada por un virus o una bacteria en el estómago e intestinos.

El riesgo principal de la gastroenteritis es la deshidratación y falta de nutrientes, pues no podrás retener alimentos o líquidos mientras tu cuerpo se desintoxica. Lo bueno es que en la mayoría de los casos no requiere tratamiento y se resuelve por cuenta propia en un par de días.

Los cólicos son una molestia desagradable y casi nunca son razón de algo grave. Sin embargo, es importante ponerles atención para descartar alguna condición crónica.