Desde la antigüedad, los seres humanos han hecho de todo por encontrar algo conocido como la fuente de la juventud. Sin embargo, existen algunas historias y teorías que se relacionan a esta leyenda, los cuales sugieren lugares específicos de dónde se encuentra. Aunque la realidad es que, estudios recientes han demostrado que esa fuente bien podría ser una cerveza fría.

Al menos en el caso de la piel, la cerveza tiene una cualidad indiscutible, ya que es rejuvenecedora, gracias a que contiene más de 200 elementos que funcionan como rejuvenecedores naturales. Por ejemplo, contiene vitamina B, ácido fólico y un grupo de antioxidantes que también los contienen algunas frutas y verduras.

Los antioxidantes que contiene la cebada horneada de la cerveza, son los que intercalan las proteínas y azúcares que forman los radicales libres. De manera que estos radicales, son los que ayudan, tal vez no a eliminar por completo la aparición de arrugas, pero si a que su aparición sea más lenta.

Pese a que usualmente las moléculas que se encargan del envejecimiento, son las que terminando ganando la batalla, es necesario ingerir alimentos que contengan este tipo de componentes que mantengan a sus consumidores lejos de las arrugas.

Cabe destacar que no todas las cervezas funcionan de la misma manera, ya que algunas contienen más o menos antioxidantes. Por lo que es importante, recordar que esta bebida no es milagrosa ni mucho menos una medicina tradicional, así que sólo necesitamos elegir esa que nos deja un mejor sabor de boca y dejar que sus propiedades hagan de las suyas en nuestros cuerpos. De por sí ya es una gran ganancia la satisfacción que ésta nos otorga.