Todos en algún momento de nuestras vidas, hemos experimentado los terribles puntos negros en nuestra piel y por más que los eliminemos siempre vuelven a salir. Si bien es cierto, la mayoría de quien los padece suele utilizar sus dedos para eliminarlos, pero es una acción que tendrá el efecto contrario, ya que lo único que consiguen es lastimar la piel dejando marcas desafortunadas.

Es importante saber que los puntos negros o espinillas, son poros que se dilatan al llenarse de una combinación de grasa y queratina. El color negro se debe al contacto con el aire, pues se oxida, por lo que la punta toma color oscuro.

Para iniciar a eliminarlos, es necesario dejar de exprimirlos para no seguir expandiendo la grasa. Incrementar tu limpieza facial es la pieza clave; bastará con lavar tu rostro en las mañanas antes de aplicar tus productos, y por las noches antes de irte a dormir.

Es necesario incluir en tu rutina de belleza, un suero que contenga ácido salicílico, el cual también te ayudará en tu lucha contra el acné.

Debes exfoliar las partes afectadas dos veces por semana. El producto lo aplicarás dando suaves masajes en movimientos circulares, déjalo actuar por 5 minutos y retíralo con agua tibia. Esto ayudara a que los poros de tu piel se descongestionen y los productos que apliques después, se absorban con mayor profundidad.

Otro punto importante, es aplicar un tónico antes de utilizar tu crema humectante para que la piel no absorba grasa de más.

El secreto está en la constancia que apliques a tu rutina de belleza y no bajar la guardia una vez que consigas eliminarlos, sino volverán a brotar.