Es común que al llegar un perruno a la familia, la primera reacción sea consentirlo al máximo, ya sea proveyéndolo de cualquier alimento que estés consumiendo


Especialistas en Etología Clínica Sin duda es tierno ver a tu perro disfrutando de cada alimento y la manera en que lo pide, rascando con la patita, brincando, ladrando, o simplemente mostrando una carita tierna.

Pero ¿qué sucede cuando lo encuentras sobre la encimera disfrutando la cena?, ¿o cuando tienes visitas y le pide a todo mundo? Al menos a los invitados no les parecerá tan divertido, ¿verdad?

Educando al peludo

Debes empezar a educar a tu cachorro o perro de cualquier edad desde el primer día que pisa su nuevo hogar.

Es importante crear un manejo uniforme en casa, basándote en los gustos y opiniones de toda la familia, por ejemplo, si a alguien (tu mamá, por ejemplo) no le gusta que entren los perros a la cocina, deberán de llegar a un acuerdo que será respetado por todos, de esa forma evitarán conflictos dentro del núcleo familiar y el peludo no se sentirá continuamente confundido.

Entonces, cuando estés comiendo algo, no podrás compartirle ni un poquito de tu alimento, así te pida o te mire de manera muy tierna. Y si algún integrante del clan cae en las redes de su chantaje, ocurrirá que el canino habrá aprendido la técnica para conseguir un poco de ese preciado bocado.

Esta regla va para todos los que convivan con él.

Tips para que no mendigue bocaditos, si durante la comida le es difícil mantenerse en calma, puedes darle una alternativa que le ayude a distraerse y obtenga algo suculento, utilizando sus croquetas o comida enlatada.

¿Por qué no intentar con aquellos juguetes que se rellenan con croquetas o alimento húmedo? Pues este es el momento de utilizarlos y hacer que cumplan su función, entreteniéndolo y motivándolo a usar su cabeza. Un intruso en la cocina…

Si no quieres que entre ahí deberás hacer lo siguiente: camina junto con tu lomito a la entrada de la cocina y deja en el suelo un delicioso bocado justo antes de entrar; luego darás un paso dentro y regresarás de inmediato para premiarlo con voz y alimento por haber permanecido fuera de ahí.

El chiste es que poco a poco incrementes el tiempo dentro de la cocina y regreses a premiarlo por haber permanecido afuera. Es importante que el premio siempre se lo des afuera de la cocina. Después de varias sesiones, lo que harás será tocar el piso, pero sin dejar un premio y regresarás a premiarlo con voz y alimento por no haber entrado a esa zona.

En la siguiente etapa ya no será necesario que toques el suelo y sólo atravesarás el lugar; si tu perrito no te sigue, lo que harás será regresar a premiarlo con voz amable y un premio comestible; en caso de que te siga, debes de regresar al ejercicio anterior. Recuerda: no le enseñes algo de pequeño que no quieras que haga de grande.

animales, camino, chica


Con información del Excélsior